Muy buenas tardes, hoy vengo a hablaros de un tema un poco diferente pero que a partir de ahora voy a empezar a hablar un poquito más que son los gatos. Desde hace casi un mes tenemos nueva chica en casa, hemos adoptado a Cocholate, antes llamada Nina.
Desde pequeño, Dani había tenido gata. Shila, una siamés muy buena y cariñosa. En marzo con más de 17 años a sus espaldas se puso malica, dejo de comer y tuvimos que sacrificarla.
Quisimos dejar pasar un tiempo hasta ver si queríamos otro gatico o no. Desde el primer momento sabíamos que no queríamos comprar un gato, si no que queríamos adoptar un gato.
Después de vacaciones empezamos a mirar distintas opciones. Fuimos a la tienda de Kiwoko donde tienen clínica veterinaria y adoptan animales, pero en ese momento los gaticos pequeños que tenían no eran adoptables y empezamos a mirar por distintas páginas de Facebook entre ellas la de Zarpa. Zarpa es una asociación de protección animal de Zaragoza en la que tienen animales en acogida y puedes adoptarlos.
Cuando piensas en gatos, la primera imagen que se te viene a la cabeza son cachorritos pequeños y muy monos que realmente luego en ese tamaño duran poquísimo tiempo.
Nos pusimos en contacto con Zarpa vía email, rellenamos un cuestionario y hablamos con ellos de lo que buscábamos. Nosotros buscábamos un gato tranquilo y cariñoso, además la mayor parte del día la iba a pasar solo por lo que empezamos a descartar los cachorros.
En un primer momento fuimos a ver a Nick, un gato de unos 6-7 meses muy majo, pero notamos que no era para nosotros. Después nos ofrecieron un par de gatos más, pero al final decidimos ir a ver a Nina, una gata siamesa adulta de poco más de dos años que habían recogido de una casa y por alergias no podían quedársela.
Nos avisaron de que era muy asustadiza e igual no se dejaba ver y en la primera visita conseguimos cogerla y que se pusiera encima de nosotros y la dueña de la casa de acogida no daba crédito de que estuviera tan tranquila encima de nosotros. Dudamos un poco con Nina, no por su edad si no por su gran parecido físico con Shila, la anterior gata, es más aun ahora después de un mes seguimos confundiendo el nombre alguna vez…
Esa misma semana ya decidimos que queríamos quedarnos a Nina y empezamos a preparar todo para la llegada de Nina a casa. Una semana más tarde, el viernes 11 de noviembre nos la trajeron a casa.
La adopción es gratuita, se pagan 100€ en concepto de cuidados veterinarios, es decir los gatos te los dan vacunados, desparasitados y esterilizados que si lo hicieras por tu cuenta creo que sale más caro.
Una vez que la gata llego a casa la bautizamos con el nombre de Cocholate y he de decir que no es tan cariñosa y tranquila como nos dijeron. Le gusta estar cerca pero no mucho encima, muy juguetona y corre que se las pela por casa haciendo unos derrapes que ni el mismísimo Carlos Sainz, bastante asustadiza (los primeros días se los pasó escondida la mayor parte del tiempo y cuando viene gente a casa enseguida se esconde también) pero aun así estamos muy contentos con ella.
Próximamente iré publicando distintos post en el blog sobre cómo preparar la casa para la llegada de un gato, juguetes, comida, rascadores…
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